El boom económico de Madrid desata un milagro industrial y demográfico a las puertas de la España vaciada

El boom económico de Madrid desata un milagro industrial y demográfico a las puertas de la España vaciada
  • Dos provincias limítrofes con la capital se contagian de su éxito en los últimos años
  • Una de estas regiones lidera el crecimiento de la población en España en este siglo
  • Las ciudades abandonadas en 2008 se llenan de clase media y se quedan sin vivienda

Cuando se analiza un mapa de densidad de población en Europa se puede observar que España presenta ciertas anomalías respecto al resto del continente. Su población se encuentra distribuida de forma muy desigual, con grandes acumulaciones en Madrid y la costa, mientras que el resto del país (sobre todo la meseta central) presenta una densidad de población muy baja. Esto ha generado ciertos debates que buscan resolver este ‘problema’ o al menos impedir que se agrave. Pues bien, de una forma ‘natural’ y progresiva, en los últimos 20 años se ha podido ver como dos provincias que podrían ser parcialmente catalogadas como España vaciada han registrado un crecimiento demográfico espectacular. Es más, una de ellas ha protagonizado el mayor aumento relativo de población de toda España en lo que va de siglo y parece que Madrid y su boyante economía tienen buena parte de culpa. Tal es el fenómeno, que hasta las ciudades abandonas en 2008, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, se han vuelto a llenar de vida y se han quedado sin viviendas disponibles. Así es el milagro demográfico a las puertas de la España vaciada.

Se acabó el misterio. Estas dos provincias son Guadalajara y Toledo. Dos regiones que están cerca de Madrid, bien comunicadas y que guardan una estrecha relación con la capital y sus alrededores. Aunque es complicado saber con exactitud qué parte de este crecimiento demográfico se debe a familias que trabajan en Madrid pero han establecido su residencia en alguna de las dos provincias, el creciente uso de los medios de transporte disponibles y la avalancha de evidencias anecdóticas (historias de personas que vienen en coche, Renfe, autobús… desde estas provincias cada día) parecen ser casi suficiente para corroborar esta historia.

Analicemos los fríos datos. Guadalajara ha liderado el crecimiento de la población en toda España en lo que va de siglo, con un aumento del 69,5% en sus habitantes, pasando de 165.347 habitantes en el año 2000 a 279.860 en 2024, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Este notable incremento se ha concentrado principalmente en el Corredor del Henares, una zona que ha visto un auge en desarrollos residenciales y mejoras en infraestructuras de transporte, como la estación de AVE en Yebes.

Por otro lado, la provincia de Toledo ha experimentado un notable crecimiento poblacional en lo que va de siglo, situándose entre las provincias españolas con mayor incremento relativo. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la población de Toledo aumentó de 527.965 habitantes en el año 2000 a 740.148 en 2024, lo que representa un crecimiento del 40,4%.

Este aumento se ha concentrado principalmente en los municipios del norte de la provincia, especialmente en la comarca de La Sagra, que se beneficia de su proximidad a Madrid y de buenas conexiones de transporte. Municipios como Illescas, Seseña y Yuncos han experimentado un crecimiento significativo, impulsado por la llegada de nuevos residentes que buscan alternativas de viviendas más asequibles a la capital española.

Buen ejemplo de ello es la vuelta a la vida de municipios que habían quedado ‘abandonados’ con los excesos inmobiliarios de 2008. El imparable encarecimiento de la vivienda en Madrid (alimentado por la escasez de oferta, la presión del turismo, el crecimiento poblacional y la rigidez urbanística) y la fortísima atracción de capital humano (trabajadores) está llevando a miles de familias a buscar alternativas lejos del núcleo de la capital. Y en esa diáspora urbana, algunas de las conocidas como ‘ciudades fantasma o abandonadas’, aquellas enormes promociones semiabandonadas tras el estallido de la burbuja en 2008, están resucitando con un vigor que nadie había previsto. Seseña, que simbolizó durante años el exceso y el fracaso del modelo inmobiliario español, ha vuelto por todo lo alto y se ha quedado sin vivienda disponible. «La primera llamada llega dos minutos después de publicar un anuncio», explicó a Reuters el agente inmobiliario Segis Gómez.

Hoy, Seseña ya no está plagada de viviendas vacías ni ocupadas ilegalmente: ha vuelto la clase media, la construcción se ha reactivado, y Gómez asegura tener listas de espera de hasta 70 personas por propiedad. La relativa cercanía con Madrid y la búsqueda de inmuebles con espacio para desarrollar un futuro en familia está llenando estas ciudades y pueblos con familias trabajadores, normalmente de nacionalidad española, y que se podrían encuadrar dentro de la clase media (en términos de ingresos) a nivel nacional.

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